DESPUÉS DEL GRAN ÉXITO DEL 24O

¡Intensifiquemos, amplifiquemos y unamos la lucha!

Por una lucha sostenida para derribar a Wert y al gobierno del PP

28/10/2013, Danny Byrne, CIT

El 24 de Octubre ha visto la movilización estatal mas fuerte, potente y esperanzadora del año 2013 hasta ahora. Su rotundo éxito, junto con el ejemplo espléndido de lucha sostenida y militante de la huelga indefinida Balear en las ultimas semanas, coloca al sector educativo en primera línea de las filas del movimiento obrero y movimientos sociales. Los profesores, estudiantes, y asociaciones de padres (además de los trabajadores del sector privado en huelga indefinida en Panrico, Fagor y otras muchas empresas) se encuentren en la vanguardia de la clase trabajadora en estos momentos.



El éxito de las movilizaciones del día 24, con una huelga fuertemente secundada - según los sindicatos, por un 80% en la escuela publica, 35% en la concertada, y 90% en las universidades - y manifestaciones gigantescas en decenas de ciudades, habrá tenido un impacto importante y muy necesario en levantar el estado de ánimo entre los trabajadores. Éstos lamentablemente han asistido a una falta criminal de movilizaciones de carácter generalizado en lo que va del año, debido a la estrategia pactista de las direcciones sindicales, que es gran parte es lo que sostiene a Rajoy y a Wert. Las manifestaciones del 24O agruparon fácilmente a mas de un millón de personas según sus convocantes que estimaron en 250.000 los que marcharon en Madrid por la tarde, y en 170.000 los que salieron a las calles por la mañana en Barcelona. Estas vinieron como culminación de 3 días de lucha, durante los cuales estudiantes secundaron masivamente una huelga estatal convocada por el Sindicato de Estudiantes.

Un ejemplo de militancia y unidad

Estas movilizaciones, tomadas junto con el ejemplo Balear, muestran una situación muy favorable a una perspectiva de escalada e intensificación de la lucha educativa hasta derrocar la ley Wert y esta política de recortes, impuesta no solo por Rajoy sino también por Mas, Urkullu y los demás partidos capitalistas. Tanto el 24O como durante la lucha Balear, lo llamativo ha sido la militancia desde abajo, la unidad abrumadora entre los diferentes sectores y generaciones educativas (profesorado, estudiantes, padres y madres, etc.), y el apoyo social aplastante a las movilizaciones. En Baleares, fueron los trabajadores y trabajadoras organizadas en asambleas unitarias de centro los que decidieron iniciar su huelga indefinida heroica. La importantísima participación de las principales asociaciones de padres tanto en Baleares como a nivel estatal es reflejo del apoyo social muy amplio (sobre todo entre la clase trabajadora, por supuesto) del que disfruta el movimiento educativo en estos momentos, que ha vencido definitivamente cualquier intento de la clase dominante de dividirlos.

Por el carácter ejemplar de esta lucha, pero también por la importancia del sector educativo, cuyos intereses afectan directamente a la inmensa mayoría de familias obreras, es posible que tenga un impacto transformador en el movimiento obrero y los movimientos sociales en su conjunto. ¡Cómo dista esta dinámica (la de una militancia no vista desde hace años, la de unidad en acción y solidaridad activa de la clase trabajadora) del comportamiento y la política de los señores Toxo y Méndez! Continuando e intensificando esta lucha hasta ganar, podemos construir y contraponer un verdadero ejemplo de métodos militantes, democráticos y de masas a los métodos pactistas y derrotistas seguidos hasta ahora por la máxima cúpula sindical.

¡Que no nos desmovilicen de nuevo! ¡A continuar, intensificar y ampliar la lucha!

El éxito del 24O vino después de la huelga general educativa del 9M (que también estuvo acompañada de una huelga estudiantil de 3 días) y la ha superado en todos los términos en cuanto a seguimiento, apoyo, etc. Pero parece que después de haber movilizarnos así dos veces, el gobierno sigue decidido a imponer su agenda educativa privatizadora, recentralizadora y franquista. Enfrentados a una situación así, tenemos que ir a más. Con la militancia del sector y el amplio apoyo social que tiene, la idea de que no existen ganas o apoyo suficiente para intensificar la acción - sobre la que muchas veces se sostienen los argumentos de la burocracia sindical - se queda en evidencia. El ejemplo de los estudiantes, que durante ambas huelgas educativas convocaron huelgas de 72 horas, con un gran nivel de éxito, sirve de ejemplo muy útil para el conjunto del sector. Con un nuevo calendario de movilizaciones, incluyendo una nueva huelga general del sector de 48 o de 72 horas, se podría apretar mas la tuerca y forzar una capitulación del cada vez mas aislado Ministerio de Wert.

En este sentido, damos nuestro apoyo total a la propuesta del Sindicato de Estudiantes de convocar en noviembre una nueva huelga general de toda la comunidad de 72 horas, como buen ejemplo del tipo de propuesta que hace falta llevar a cabo. Claro que para tener éxito, un plan sostenido de lucha de este tipo requiere muchísimo trabajo y sobre todo un horizonte claro de victoria, lo que seguramente tendría éste por que, como en todas las huelgas, los que se movilizan en esta huelga son los que hacen funcionar el sistema educativo del país. La lucha de la comunidad educativa está llegando a una encrucijada a la que llegará cualquier lucha contundente contra las políticas de austeridad de este gobierno, o cualquier otro de marca capitalista: o intensificar la lucha, saliendo del cuadro impuesto por los dirigentes sindicales de pasividad y movilización meramente simbólica y derrotista, o repetir el patrón trágico de los últimos años, de movilizaciones impresionante seguidas directamente por una desmovilización prolongada y una derrota asumida. Nosotros apostamos por la primera opción. Y es que no nos queda otra...

La lucha de la comunidad educativa, además de las muchas luchas en determinadas empresas y localidades que toman formas cada vez mas contundentes (como muestra la creciente popularidad de la huelga indefinida) muestra en líneas amplias de lo que se nos avecina. La lucha de los trabajadores, jóvenes, pobres, pensionistas y parados está abocada a nuevas explosiones en el próximo periodo, con una ferocidad mayor de lo visto hasta ahora. El problema fundamental es que esta dinámica radicalizadora choca frontalmente con la dinámica impuesta desde arriba en el movimiento obrero. Para dar la vuelta a esta situación, los trabajadores y explotados nos tenemos que ir organizando para imponer una nueva política de lucha militante y sostenida en el tiempo, disputándoles el control de nuestro movimiento a Toxo, Méndez y compañía. Basándonos en los ejemplos de Baleares y de Panrico, tenemos que ir formando y extendiendo asambleas y comités democráticos unitarios en las empresas, barrios, y centros educativos para discutir un plan de lucha para unificar todas las luchas de la actualidad hasta confluir en una huelga general para derribar este gobierno. Esto puede ser el primer paso en la construcción del gran movimiento social y político que hará falta para conseguir una salida digna de la crisis actual, únicamente posible a través de la transformación socialista de la sociedad.